viernes, 23 de septiembre de 2011

Por unos JUNCOS más inclusivos

M.Sc Rodrigo Quirós Valverde



A mediados del pasado mes de mayo, la comunidad del Instituto Tecnológico de Costa Rica se habituó a los gritos y aplausos de decenas y decenas de espectadores que, durante poco más de una semana, colmaron cada uno de los recintos deportivos con motivo de la realización de la edición número diecinueve de los Juegos universitarios costarricenses, más conocidos como JUNCOS.

Fuimos testigos del esfuerzo, sudor, sonrisas y lágrimas de cientos de deportistas. Como es normal en el deporte competitivo, algunos saborearon la dulce miel de la victoria y otros el amargo sorbo de la derrota, pero tanto para unos y otros, lo vivido representó una experiencia inolvidable que, como tinta indeleble, quedará para siempre en la memoria y el corazón.

Se podría citar muchas anécdotas que retratan el significado de estas justas para los deportistas participantes, pero las imágenes surgidas en cada uno de los días de competencia y divulgadas tanto por la prensa escrita como en las principales televisoras nacionales hablan por sí solas.

Fue palpable lo exitosos que fueron estos juegos en lo organizativo y en lo deportivo. Sin embargo, esta magna fiesta deportiva, registró la ausencia de algunas disciplinas que en el pasado brillaron con luz propia y que con sobrados méritos ganaron un lugar en este tipo de contiendas.

Entre estas disciplinas destaca el balonmano, que tanta emoción y espectáculo generó desde aquellos primeros e incipientes JUNCOS y que por razones poco racionales y convincentes, ha visto marginada su participación en las tres últimas ediciones.

En los JUNCOS del 2008 y 2009, cuyos anfitriones fueron la Universidad de Costa Rica y la Universidad Estatal a Distancia, respectivamente, los comités organizadores, conformados por autoridades y funcionarios de las universidades antes mencionadas, no tomaron en cuenta al balonmano como deporte oficial ni de exhibición. Propuesta que, posteriormente, fue avalada por la Federación costarricense universitaria de deporte (FECUNDE), argumentando en aquella ocasión que la decisión obedecía a un plan para fortalecer y desarrollar esta disciplina deportiva. Sin embargo, a la fecha, seguimos a la espera de acciones concretas como parte del citado plan que nunca se concretó.  

Para los recién concluidos JUNCOS, siendo el Instituto Tecnológico de Costa Rica el anfitrión, se tenía la ilusión de poder organizar nuevamente el torneo de balonmano. Primero se tuvo que luchar en FECUNDE, y, después de un prolongado período de diálogo y convencimiento por parte de nuestros representantes, se tomó la decisión de incluirlo como deporte de exhibición. Pero, a pocas semanas de la inauguración, quedamos atónitos al conocer que tanto los representantes de la Universidad de Costa Rica como sus similares de la Universidad Nacional, sin una justificación válida, no presentarían sus  equipos al torneo de balonmano.

Excluimos de responsabilidad a los jugadores y cuerpo técnico de los equipos de balonmano de esas dos casas de estudios superiores, no así a su dirigencia, a quienes la historia deportiva de nuestro país, en su momento, les exigirá una explicación sobre tales decisiones.

Porque, realmente cuesta digerir como dos universidades de tanto prestigio y trayectoria en la formación de profesionales en la enseñanza de la Educación Física, contando además con programas de extensión permanentes en esta disciplina y manteniendo una constante participación en torneos y campeonatos organizados por la Federación costarricense de balonmano, rehusaran inscribir sus equipos en el mayor encuentro deportivo universitario en Costa Rica, y, de paso, privaran a sus estudiantes y a los nuestros de una experiencia enriquecedora y formativa, como si estuvo al alcance de muchos atletas en otros deportes. 

Hacemos un llamado a la sensatez y la cordura a la dirigencia deportiva de estas dos respetadas universidades, recordándoles que como miembros de FECUNDE, tienen una responsabilidad ineludible con el desarrollo del deporte universitario nacional, y, que sus acciones deben posibilitar el florecimiento de la mayoría de las manifestaciones deportivas en estos centros de estudio y no obstaculizar su crecimiento. Recuerden, que están ahí para promover el deporte universitario y sumar deportes a los JUNCOS en lugar de reducirlos.

A la vuelta de la esquina están los juegos universitarios en su vigésima edición, la dirigencia deportiva universitaria en general y principalmente la de la institución sede – la Universidad Nacional- tiene la impostergable responsabilidad de devolverle al balonmano el sitial de honor que, sin ningún cuestionamiento, conquistó a través de la historia deportiva universitaria de este país.

Señoras y señores ustedes tienen la palabra.